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Asier Olaizola, de rodillas, no llega a un gancho ejecutado por su hermano Aimar. Al fondo, Pascual. [LA RIOJA]
Las prisas siempre son malas consejeras
Pelota

Las prisas siempre son malas consejeras

Olaizola y Lasa III derrotaron a Olaizola I y Pascual y jugarán la final de San Mateo ante Oinatz y Barriola Asier calificó de «vergonzoso» el material de sus rivales

ENRIQUE ECHAVARREN

Sábado, 22 de septiembre 2007, 15:12

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SAN SEBASTIÁN. DV. Olaizola II y Lasa III consiguieron ayer en el Adarraga el billete para la final del torneo de San Mateo al derrotar sin excesivos problemas a Olaizola I y Pascual. Mañana lucharán por los trofeos más preciados del verano contra Bengoetxea VI y Barriola.

El duelo entre los hermanos Olaizola se decantó por Aimar, que no cometió tantos errores como Asier. El primero de la saga de Goizueta intentó darle velocidad a la pelota, pero se precipitó en exceso a la hora de querer terminar el tanto cuanto antes para reducir distancias en el luminoso y sus fallos se encadenaron uno tras otro. Hasta siete pelotas claras dejó de llevar a buena. Las prisas siempre son malas consejeras.

Quien no las tuvo fue Lasa III. El zaguero de Etxarri fue un seguro de vida y le ganó claramente la partida a un Pascual irregular, quien con sus errores llegó a contagiar a Asier y entre ambos allanaron el camino a la final a sus rivales. Lasa, sin revolucionarse, utilizando un motor diésel, fue inexpugnable por arriba. Ni Asier ni Pascual pudieron superarle. Y eso dice mucho de su defensa ante dos derechas tan poderosas. Encajó un saque y sólo falló una pelota. Buen partido.

El bastón de mando

Aimar también mejoró su juego con respecto al partido del miércoles ante Koka y Zearra. El campeón manomanista se apuntó diez tantos de jugada y cuando las cosas se pusieron feas, con el 0-3, sacó su bastón de mando y puso firmes a sus rivales. Seis tantos consecutivos y dos fallos de Asier acabaron con cualquier atisbo de campanada (8-3). Aimar tenía la lección bien aprendida y no se dejó sorprender esta vez. Es un pelotari cuya principal virtud es la inteligencia y la puso en práctica en la cancha.

Mientras Asier le sacudía de lo lindo a la pelota, Aimar se aprovechaba de sus errores para ir poniendo tierra de por medio en el marcador (11-7). Los perdedores trataron de recortar la diferencia a marchas forzadas, más con el corazón que con la cabeza, y lo consiguieron (11-9), pero de nuevo Aimar puso la directa para dejar el choque decidido (17-9). Cuatro tantos más sumaron Asier y Pascual, pero para ese tramo del partido el zaguero de Abartzuza ya lo había dado todo en la cancha y no pudo ayudar a su compañero. El 22-13 final llegó fruto de la inercia.

Atraco a mano armada

Para que no faltase de nada, también hubo polémica. A la conclusión del partido, Asier Olaizola entró hecho una furia al vestuario. El mobiliario pagó su ira. No estaba en absoluto conforme con el material que pusieron en juego sus rivales, una pelota tosca difícil de mover. «Ha sido un atraco a mano armada. No le he dado una patada a esa pelota de milagro. El material ha sido de vergüenza. Con esa pelota no podíamos rebasarles. No había forma de hacerles el tanto. Con ese material no puede jugar», dijo.

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