El PNV acusa a EA y a EB de «deslealtad» por querer enfrentar a Ibarretxe con Imaz
El EBB sostiene que ambos partidos «obvian acuerdos de gobierno» y les pide que digan «si no están a gusto compartiendo responsabilidad» Critica el «cinismo y desvergüenza» de Azkarraga y Madrazo
JAVIER GUILLENEA jguillenea@diariovasco.com
Miércoles, 22 de agosto 2007, 10:17
SAN SEBASTIÁN. DV. Hacía tiempo que el PNV no lanzaba un mensaje tan contundente, y esta vez ha tenido que ser contra EA y EB, sus socios en el Gobierno Vasco. Las declaraciones realizadas el lunes por el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga (EA) quien se refirió implícitamente al presidente del Euzkadi Buru Batzar, Josu Jon imaz, al rechazar «las voces que últimamente abogan por practicar una política de consenso a cualquier precio con los partidos centralistas», han colmado la paciencia del PNV.
«No es posible seguir callados». En un largo comunicado, el portavoz del EBB, Iñigo Urkullu, arremetió contra Azkarraga con términos como «desleal», «insultante» o «cinismo». El ataque salpicó también al consejero de Vivienda, Javier Madrazo (EB), que el lunes señaló que no es necesario el requisito de ausencia de violencia para que se convoque una consulta popular. Justo la tesis opuesta a la que defiende Imaz. A sus dos socios del tripartito, Urkullu les lanzó ayer una advertencia: es una «deslealtad» que EA y EB «se refugien en la supuesta división entre el lehendakari y el presidente del EBB o entre el lehendakari y PNV, o PNV de uno o de otro».
Con el comunicado difundido ayer, el PNV fija posiciones con respecto a sus socios del Gobierno y, de paso, les recuerda el peso que tienen en el Ejecutivo. Es lo que hace Urkullu cuando sostiene, dirigiéndose a EA y a EB, que está «harto del juego de querer sacar cabeza ante la opinión pública que tienen algunas personas que no teniendo el respaldo ni delegación suficiente por parte de la ciudadanía quieren, desde la provocación al lehendakari y al PNV, sacar pecho, escondiendo su propia situación, a costa de PNV y también del lehendakari».
El mensaje también tiene una clave interna en un momento en el que en el PNV hay un debate sobre la convocatoria de una consulta popular, mezclado con la proximidad de las elecciones para renovar a la dirección del partido. Es una manera de recordar a la militancia que, frente a los rumores de una «supuesta división», la voz oficial es la del EBB dirigido por Imaz. «Ninguna formación política ni grupo de opinión va a marcar la política del PNV ni va a hacer que actúe con la misma deslealtad y desvergüenza que algunos lo están haciendo a las cuestiones pactadas ni al respeto para con los compromisos contraídos con la sociedad», advierte Urkullu.
«Marcar el terreno»
Con la mención a las «cuestiones pactadas», el EBB hace referencia al programa de gobierno tripartito, en el que se condiciona la convocatoria de una consulta popular a la consecución de un acuerdo político previo que sea refrendado por la ciudadanía y a que se realice en un escenario de ausencia de violencia y sin exclusiones.
Son estos los puntos que ha defendido Imaz en los últimos meses y los que, según el EBB, pretenden soslayar sus socios del Ejecutivo. Para el PNV, tanto EA como EB «obvian los acuerdos y compromisos de gobierno escritos y utilizan para ello las estrategias conocidas de partidos de la oposición y de grupos de opinión». Es una actitud que, según la formación de Imaz, busca «marcar el terreno de acción político-institucional del lehendakari y del Gobierno Vasco».
Y sobre todo, el EBB considera que la estrategia adoptada por las formaciones de Azkarraga y Madrazo es «un hecho relevante» necesario de analizar no sólo en el seno del Ejecutivo autónomo sino principalmente por el PNV, formación mayoritaria de entre los conformantes de la fórmula PNV-EA-EB». Por si la advertencia no queda clara, Urkullu insiste más adelante en que está seguro de que el próximo lunes la Ejecutiva Nacional de su partido analizará «en profundidad, en el marco de la situación política vasca y estatal actual, las actitudes y declaraciones de diversos líderes políticos así como de responsables institucionales pertenecientes a otras formaciones políticas».
Puerta abierta
Las consecuencias del análisis del «hecho relevante» aún están por ver, pero el EBB mostró ayer una puerta. Si EA y EB «no están a gusto compartiendo responsabilidad con PNV, que lo digan y que, al mismo tiempo, aclaren su posición con respecto a lo escrito y pactado y digan con quién se sienten más a gusto para compartir responsabilidades institucionales», afirma el partido de Imaz.
El proceso de negociaciones tras las elecciones municipales y forales de mayo revela, según el EBB, la actitud de EA y EB y desmonta las críticas que ha recibido Imaz por apostar por llegar a acuerdos con formaciones no nacionalistas. A ambos partidos, sostiene Urkullu, «no les ha temblado el pulso en los últimos dos meses en hablar e intentar y, en algún caso, llegar a acuerdos con el PSE, con Batasuna e incluso con el PP, para impedir, en todos los ayuntamientos en los que han podido, que el PNV, aún siendo la lista más votada, pudiera asumir la responsabilidad de liderazgo del gobierno institucional».
Las advertencias lanzadas por el EBB fueron respondidas horas después por Joseba Azkarraga en un comunicado en el que recuerda al PNV que «no tiene la exclusiva de la ideología nacionalista» e insiste en que está en su «perfecto derecho» de manifestar lo que, en su opinión, «debe ser la defensa de la identidad política del pueblo vasco». El consejero de Justicia indicó que «se equivoca el señor Urkullu si ve en mis manifestaciones intención de interferir en el debate que tiene abierto el PNV.